domingo, 12 de enero de 2014

Tú serás mis ojos




Narra Khiara: 


Estaba agotada así que fui directo a mi habitación […] Empecé a buscar mi pijama, pero él no decía nada, solo entro y se sentó en uno de los sillones de mi habitación. Pero seguía callado. Me quede observándolo, esperando que dijera algo y cuando por fin iba a decirme algo comenzó a sonar una canción en uno de mis cajones. 

Él se me quedo viendo como esperando que le diera una explicación o algo, pero no sabía que hacer o decir, estaba nerviosa… ese tono provenía del celular que me había regalado Dae Hyun ese mismo día…

No hice mucho caso al celular, trataba de no darle importancia para que él tampoco lo hiciera pero se levantó del lugar donde se encontraba y se dirigió al lugar donde lo guarde. Si alguien, bueno, más bien Dae Hyun estaba llamado se descubriría todo así que le detuve diciendo.
--- Es una alarma, tengo algo importante que hacer. Si no dirás nada entonces te pido que te vayas, estoy muy agotada. –Espere un tiempo a que hablará, cosa que jamás ocurrió así que de manera cortes le pedí que se fuera con un “Que tengas una bonita noche Young Jae”.

Antes de salir de mi habitación se quedó observando el cajón donde guardaba el celular. Se veía totalmente desconcertado pero además de no poder decirle la verdad también estaba muy molesta. Cuando llegue a la fiesta creí que él tenía algo que ver con todo aquello, creí que él había arreglado la fiesta y que esa era la razón por la que no fue por mí. Como estaba pasando últimamente, me equivoque con él. Lo que se le presento fue trabajo, lo note cuando estaba hablando un poco alejado de todos en la fiesta. Hablaba sobre algo muy importante para él, al parecer estaba tras algunos maleantes. Me sentí tonta y dolida de saber que unos criminales podían ser más importantes que yo.

Cerré con seguro la puerta de mi habitación y seguido de ello entre al baño para quitarme el maquillaje y ponerme el pijama. Cuando salí el celular estaba nuevamente sonando, pero la canción era distinta. Busque mi llave y abrí el cajón. Tenía una llamada perdida y un mensaje. No sabía si verlo o no. Si era para Dae Hyun me sentiría realmente mal por indagar en su privacidad y por no saber cómo comunicarme con él para decirle.

Fui a mi cama con el celular en las manos y finalmente me decidí y abrí el mensaje.
----- “Quería saber si todo estaba bien (deseo que así sea). Buenas noches… Jung Dae Hyun” -----
----- “Tus deseos se cumplieron . Gracias por todo y Buenas noches”----- Al igual que él, mande un mensaje corto. No sabía que más contestar, pero esperaba que mi mensaje al igual que el suyo no solo transmitiera un mensaje escrito, sino que esperaba que sintiera mis buenos deseos por él después de todo lo que había hecho por mí. Su mensaje me hizo sentir bien, eso esperaba que provocara el mío.

Mandado el mensaje comencé a dormirme. Todo había sido agotador. Primero estaba la presión de mi examen de admisión y presentarlo, luego ese horrible accidente donde casi me rebanan el cuello, toda la noche que pase en otra casa y no dormir casi nada, rematando, la fiesta y esa actitud de Young Jae. Mi cuerpo y mi mente estaban agotados. Tantas cosas en solo dos días, todo esto había sido muy rápido y aunque existieran cosas que me hacían sentir muy mal, habían otras que me hacían sentir mejor. En ese momento en el que te encuentras entre el mundo de los sueños y la realidad recordé todas las cosas lindas que me mostro Dae Hyun. Ciertamente siempre habían cosas buenas en el mundo. Como tener a mi familia, amigos y a ese extraño ángel guardián.

--- Señor Sebastián: Hija levántate… el desayuno ya está listo y solo te esperamos a ti. Apúrate, hoy estaremos todos en el comedor. -realmente me quede en un sueño profundo. Después de que mi padre me despertara observe la hora. Era y poco más de las 9am, bastante tarde para mí así que solo me arregle un poco el cabello para cubrir mi herida y baje.


***Ya en el comedor
--- Aquí viene nuestra pequeña mujercita –Hablaba amablemente el tío Yoo por lo que me sonroje
--- Estábamos hablando de ti. Sobre donde vivirás ahora que entres a la universidad. –Me dijo mi padre una vez que me acomodaba a un lado de él en el comedor.
--- Tú padre y yo creemos que deberás rentar un departamento cerca de la Universidad. Queda muy poco tiempo así que deben apresurarse a buscar un buen lugar –Sabía que eso último que dijo el tío Yoo era para Young Jae y para mí.
--- Me gustaría tener la opinión de una chica –Trate de no oírme mal, no quería que Young Jae creyera que no me importaba lo que pensaba y mucho menos que no quería estar cerca de él.
--- Sé que tienes muchas compañeras pero nunca te he visto realmente con una amiga. ¿a quién podrías pedirle que vaya con ustedes? –Mi padre se notaba realmente desconcertado aunque lo que decía era verdad.
--- No estoy diciendo que no me importe la opinión de Young Jae pero necesito la opinión de una chica. Su compañera de trabajo, Kim Ah Ri, creo que sería una buena ayuda. Ella me parece agradable y Young Jae debe confiar en ella –Metiendo a Young Jae ya nadie puso objeción a lo que hablaba así que dada por terminada la discusión empezamos a hablar de cosas triviales. Las bromas se hicieron presentes al igual que los recuerdos vergonzosos de cuando Jae y yo éramos pequeños. Todos a excepción de él reíamos. Solo se limitaba a frases cortantes y ni siquiera podía ver una sonrisa verdadera en su rostro. Hasta las sonrisas falsas salían cuando realmente algo no podía ser mencionado sin esbozar una carcajada. Había pasado mucho tiempo desde que no estábamos todos en ese comedor, de esa manera y parecía ser incomodo o menos importante para él. Su actitud había cambiado mucho desde que se convirtió en detective. Desde que viajó a Estados Unidos.

Ese gran desayuno termino cuando los mayores tuvieron que ir a la empresa y Young Jae a arreglar más de sus asuntos. Todos se despidieron dejándome sola en la casa. Me pase parte del día viendo películas y navegando por internet hasta que me fastidie. Baje por comida y para mi suerte de siempre, nadie había llegado a comer. Eran pasadas de las 4 de la tarde y seguramente comería sola. Pedí que subieran la comida a mi habitación y después de terminar con ella y otra película fui a bañarme.

No tenía nada que hacer. Estaba fastidiada así que me arregle, tome mi celular y salí de la casa. Para ese entonces ya era un poco más de las 6pm. No tenía carro “por mi edad” aunque ahora mismo añoraba uno, si lo tuviese no tendría que caminar tanto. No sabía exactamente cuál era mi destino, pero deseaba caminar, pensar y tratar de asimilar tantas cosas. Pensar la forma de acercarme nuevamente a Young Jae, de por fin decirle que le quería y que al final él me aceptara.

Seguí caminando por unos 20 minutos más hasta estar cerca de un pequeño parque. Tenía varios juegos para los niños, de hecho ahí fui un par de veces con Jae cuando éramos pequeños… aquellos juegos ya no eran muy usados así que el lugar se estaba convirtiendo en un lindo lugar para pasar el tiempo sola. Tome uno de los columpios y comencé a mecerme. Mis labores en la escuela ya estaban por terminar, ya solo faltaba una semana así que las cosas estaban más relajadas para mí. Tenían una viaje programado para eso, aunque no pensaba ir.

Mil y un pensamientos pasaban por mi mente mientras sentía el aire pegar en mi cara y mi cabellera mecerse cada que la velocidad del columpio aumentaba. Parecía como si estuviese viajando a otro lugar pero ese viaje terminó cuando sentí un gran golpe en mi nuca. Detuve el columpio y note una piedra en el piso, tenía sangre, era un pequeño orificio que pude notar pero igualmente dolía mucho. Trate de encontrar al responsable volteando de un lado hacia otro, creí que había sido un niño travieso pero la piedra era demasiado grande.

Grite como loca esperando que el pequeño pillo que había hecho eso saliera pero no obtenía ningún resultado. Ni siquiera una risilla o un quejido de miedo por aquel acto, no se escuchaba nada. Mire a todos lados, noté que el parque se encontraba prácticamente solo; solo había unas cuantas personas pero a una distancia lo suficientemente lejos. Ni siquiera podrían percatarse de la travesura que había sido víctima.

Otra piedra cayó a un lado mío, aunque está no pudo hacerme daño, era seguro que era su objetivo. Trate de ver en la dirección de donde había salido pero para ser un niño quien estuviese haciendo aquello, definitivamente debía ser muy hábil. No había absolutamente nada. Esto se estaba pasando de la raya, cualquier travesura no debía pasar a más pues de otra dirección me cayeron otras dos piedras que me golpearon una pierna y un brazo. Fue ahí cuando un horrible miedo me comenzó a invadir.

Coloque el gorro de la ligera sudadera que llevaba para cubrir mi herida y lo más rápido posible salí del parque. Trate de andar por los lugares más transitados para poder llegar a mi casa. Tal vez ya era paranoia pero sentía una fuerte mirada sobre mí, era tan penetrante que me causaba constantes escalofríos. Comenzaría a odiar los parques.

Mi paso se hizo más veloz, sentía como si alguien viniera detrás de mí así que comencé a hablarle a mi padre pero no contesto. Seguramente estaba en alguna junta importante con el Señor Yoo así que no insistí. Si no podía marcar a los mayores, ahora solo me quedaba hablar a Young Jae, él debía estar cerca, o al menos debía tener a alguien cuidándome. Esta vez, al igual que la vez pasada no había nadie?
¿Y si él era quien me cuidaba?... No… él ya me hubiese notado nerviosa y ya estaría conmigo.

Cada una de mis llamadas iba a buzón. Tenía una sensación extraña… era como estar sola, perdida. Si verdaderamente alguien me seguía no tendría forma de llegar sana y salva a casa; ya estaba lejos, además por ser una zona de familias muy bien acomodadas no era frecuentada más que por los residentes. Ese lugar era muy solo. Nunca había sentido que la distancia de la casa y ese parque fuera demasiada; ahora buscaba por donde llegar a ella pero por cualquier lugar era riesgoso. Me sentía en un laberinto.

Ya me encontraba un poco más alejada de casa por lo que decidí insistir con las llamadas. Mi refugio fue una pequeña cafetería donde pedí un americano. Él café llego y aún nadie me contestaba, fue ahí donde mis manos parecían moverse solas. Tome el número que se encontraba en mis llamadas contestadas y le marque; si estaba en lo correcto, la persona del otro lado debía ser Dae Hyun. Sonó una, dos, tres… cuatro y cinco veces; a punto estaba de cancelar la llamada cuando del otro lado se escuchó una voz. Parecía casi un susurro pero me sentía salvada.
--- Hola Khiara. Disculpa, no puedo atenderte… en estos momentos estoy trabajando. Te llamo en otro momento ¿ok? –hablaba pausadamente, con un tono apenas predecible. Si no podía ayudarme él… estaría perdida??. Sin querer comencé a llorar bajito. Si la persona que aún tenía esa penetrante mirada puesta en mí me quería acorralar lo había conseguido. -¿Qué sucede?... hey Khiara… ¿Qué pasa?- Su tono se fue elevando. Yo no podía dejar de llorar así que oculte mi rostro con el gorro de mi sudadera que ya estaba un poco manchado de sangre. Seguía sin contestar pero podía escuchar varios ruidos del otro lado. Un montón de gritillos, murmullos y unas cuantas puertas abrirse y cerrarse. Al final escuche como el motor de un auto era encendido y arrancaba.- Trata de tranquilizarte… ¿Dónde estás?....
--- En una pequeña cafetería. –Le di el nombre del lugar y la dirección de la misma
--- ¿Recuerdas lo que hicimos el otro día en el parque? –Habló poco después, con la poca razón que me quedaba supuse que estaba buscando como llegar.
--- Sí, lo recuerdo.
--- Haz lo mismo, observa que todo esté a tu alrededor y platícamelo. Tú serás mis ojos. –Despistadamente comencé a observar el lugar. Trataba de decir buenas cosas del lugar pero esa mirada me perturbaba demasiado.
Comencé mi relato con lo feliz que veía a una pareja que estaba casi enfrente de mí; ellos se veían sumamente tiernos pues eran jóvenes. Comente lo que la señora de la cafetería estaba preparando, eran unos cuantos pasteles y unos pastelillos que adornaba… Así seguí con algunas cuantas cosas más pero después de un rato ya no pude seguir. Esa maldita mirada tenía tanta fuerza, tanta presión ejercida sobre mí. Cuando me quede en silencio en siguió con la conversación. Me estaba diciendo cosas agradables de su camino hacia donde estaba….
--- Estoy viendo una hermosa pareja de enamorados… y casi frente a ellos una hermosa jovencita –Sentí un gran alivio cuando esa mano toco mi hombro, cuando la voz que escuchaba hacía eco en mí… la escuchaba por la bocina del celular y justo detrás de mí.

Venia vestido con un traje negro. Cuando lo vi no pude evitar abalanzarme sobre él y acurrucarme en su pecho. Me separó un poco, se quitó su saco y me abrigo con él… pago el café que había en mi mesa, ese café que ni siquiera fue capaz de llegar un poco más de la mitad. Me tomo del brazo y me subió a un auto lujoso que se encontraba cerca… no sabía cómo era posible que estuviese en un carro como ese pero subí sin decir nada, sin oponerme.

Cuando él también subió al auto abrochó mi cinturón de seguridad y arranco inmediatamente de colocarse el suyo.
--- ¿Qué ha sido esto? –Me pregunto cuando me vio un poco más tranquila, cuando me acomode un poco en aquel asiento.
--- Alguien… esa mirada… las pedradas… -No sabía exactamente que decir. Todo aquello fue… como si alguien acorralara a su presa.
--- ¿Te han hecho mucho daño?... Tienes sangre en el gorro. –No conteste- Está bien si no quieres decir nada de ello pero al menos dame alguna dirección para llevarte –No tarde en indicarle el lugar. Quería llegar pronto.

El viaje fue callado… yo casi iba cabeceando… me sentía ligera, ahora no sentía aquella pesada mirada, al contrario, de vez en cuando sentía una mirada liviana, que me llenaba de calma.

Supe que el viaje ya había terminado cuando freno el auto y era apagado su motor. Cuando abrí los ojos había una patrulla, el auto de Kim unnie, el de Jae y dos autos del señor Yoo haciendo fila fuera de la casa. Nos quedamos un rato en el auto hasta Dae Hyun bajo del automóvil y se dirigió a abrir mi puerta pero justo en ese momento vi como caía al suelo.

Salí lo más rápido posible y me percate de lo que sucedía. Young Jae era el causante de que Dae Hyun estuviese en el suelo, fue él quien le estampo un puño en el rostro y provoco no solo la caída sino que también sangrara. Me quede perpleja de ver aquello.

Sin darme cuenta, Jae le golpeo nuevamente, no debió quedar muy conforme con el otro así que lo repitió. Fue un golpe muy duro pero esta vez en la boca del estómago provocando Dae se doblara, seguramente por el aire que le saco. Al igual que Young Jae creí que todo había terminado, pero no fue así. Dae en un acto reflejo enredo sus pies, lo tiro y provocó que ambos estuviesen en el piso.

Los golpes se hacían constantes. Traté de separarlos, cosa inútil. Grite pidiendo ayuda… no tardaron en llegar dos policías de mi casa, ellos se encargaron de separarlos. Tenían sujeto a Dae, uno de cada lado. Nuevamente creí que aquella pelea había terminado, nuevamente me equivoque. Young Jae se disponía a golpearlo en aquella posición, aprovechando el agarre que ejercían sobre él los policías.

Cuando me percate de sus intenciones me interpuse… sin darme cuenta protegí a Dae Hyun con mi propio cuerpo… Le abrace y cerré mis ojos. Sabía que el golpe que recibiría de Young Jae, la persona que amaba, sería muy doloroso…

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